miércoles, 26 de mayo de 2010

YO, FUNCIONARIO

Usted debido a la Crisis Financiera ha aumentado su rabia hacia mi gremio porque se considera un trabajador honrado, un ciudadano ejemplar y un gran contribuidor a la riqueza de esta sociedad que nos une a ambos. Por lo visto el funcionario es todo lo contrario a usted y por eso le odia. Porque paga el sueldo del funcionario y porque usted jamás en la vida ha estafado al Estado, con su sueldo de autónomo y sus negocios y confección de productos que, y según usted, el resto de sus conciudadanos necesitamos con premura para que sus ventas no decaigan. Los funcionarios en cambio son prescindibles y normalmente estafadores; pero no con Hacienda, eso es imposible para una nómina estatal, esa opción se la dejamos a usted por si desea utilizarla en alguna ocasión. Espero que nunca debido a su gran honradez.
El funcionario medio, ya le digo amigo, adquiere su trabajo para siempre con una edad temprana y/o casi (y sin casi) obligado por las circunstancias familiares en las que su nómina vendrá estupendamente y/o entonces pasará a ser un miembro familiar que no acarreará gastos. De modo que en la mayoría de los casos sus ilusiones de futuro quedan anuladas en pos de un sueldo fijo que por atractivo siempre resulta manso.
Es un gremio enorme y donde la condición humana queda en relieve (envidias, rencores, poco reconocimiento del buen hacer del compañero, peloteo, críticas destructivas, medrar, escaqueos, trepar, rebañismo, autoritarismos, etc.) debido a que el funcionario está por todas partes. Ocurre exactamente igual que en cualquier otro gremio y probablemente en menor proporción.
¿Acaso he tenido la culpa de las distintas crisis? ¿Yo he sido un especulador mentiroso que ha provocado la burbuja inmobiliaria y su implosión? ¡No!
Si usted odia mi gremio porque en alguna ocasión le han atendido, en su parecer, de malas formas en la ventanilla de cualquier organismo gubernamental debido a alguna persona amargada que en ese momento no debiera estar allí, lo lamento. Si soy testigo del hecho me pelearé con ese/a compañero/a y si puedo resolveré su asunto. Muchos no estamos de acuerdo con que un ciudadano pague por otro.
Imagínese que porque alguien con su apellido ha robado o delinquido yo dijera: “todos los que se apelliden tal son unos hijos de puta”. ¿Sería justo?
La culpa de su ruina laboral no la tenemos los funcionarios. La ha tenido la Banca, un gobierno imprevisible, los intermediarios inmobiliarios, y todos aquellos tiparracos que usted sabe reconocer.
Ya estoy cansado y harto de que se me critique en comercios y taxis por ser funcionario, cuando resulta que sigo siendo cliente de esos sitios y sigo gastando mi sueldo en forma y modo, como siempre.
Cada uno debe admitir los errores cometidos en el pasado que revientan el presente. Los delirios de grandeza que esta sociedad ha tenido, sobre todo los que no tenían nómina funcionaria, cuando se le abrieron las puertas del crédito y se volvieron locos solicitando uno detrás de otro, que ahora no pueden pagar. No hubo responsabilidad, admitámoslo.
Desahóguese usted en la puerta de las sucursales bancarias o en la puerta de los Organismo Estatales que usted considere, grítele allí a quién quiera a ver si alguien le da la razón también y déjese de soflamas en contra del que sufre la crisis igual que usted.
¿Por qué debo ser odiado por hacer mi trabajo?
Me van a restar un porcentaje de mi sueldo para que salgamos todos, incluidos ustedes, del atolladero.
Quizá se me podría haber ahorrado este detalle si el gobierno hubiera tenido mano durísima con aquellas transacciones especulativas y la economía sumergida.
Si alguna vez le tratan mal en alguna ventanilla denúncielo ya que existen resortes para ello.
Qué a usted la vaya muy bien; yo, funcionario, me reconfortaré. No lo dude.

lunes, 10 de mayo de 2010

UNA CAPRICHOSA LEYENDA NEGRA

1
Tres días y tres noches ya lleva Ángel tratando de componer un tema musical. Va a ser un canción melódica que le propusieron incluir en un álbum recopilatorio para una compañía discográfica sobre músicos anónimos. Se dijo que era el encargo de su vida.
Ya era el tercer día que una cuadrilla de albañiles reformaba la casa baja del portal de al lado. El eco de los golpes del cincel y la radial contra el hormigón resonaban a buen compás. El ruido obsequiaba los oídos con una especie de rapsodia urbana, incansable, inalterable. Son los sonidos para el sustento. El acuerdo al que habían llegado los albañiles era al cobro por equiparación con el tiempo empleado. Pues, ¡ale!, a destajo. De modo que duro al trabajo, día y noche, por cuadrillas.
...PUUNNKKTTOK...PUUNNKKTTOK...PUUNNKKTTOK..RRRRUUUUUU....GGGGGRRRUUUGG...PUUNNKKTTOK...RRRRUUUUUUGGGGGRRRUUUGGgggggggg.
Ángel había aireado sus protestas encarecidamente. Pero todo había sido inútil. Tampoco había conseguido su melodía ansiada ni la letra adecuada, sólo lograba una amalgama de tonalidades donde las notas discutían entre sí, y acababan siempre de la misma manera... ...RRRRUUUUUUGGGGGRRRU...!!UUGG¡¡...PUUNNKKTTOK... RRRRUUUUUUGGGGGRRRUUUGG......RRRRUUUUUUGGGGGRRR.
Él no descubre al cuervo negro que silba en el alféizar de su ventana, a muy buen son.
Vaya. En estos momentos son las ocho de la tarde del tercer día. Y los ruidos de la obra han cesado.
"Sí, no me lo puedo creer, han parado estos mamones, ¿se habrán muerto?".
Ángel se acaba de beber la última botella de güisqui Dyc. Él cree que todo buen creador debe tener una leyenda negra, negrísima. Es lo que le han inculcado las biografías de los superartistas roqueros. Él sólo tiene como leyenda su barata botella.
Una leyenda negra la debe tener cualquier buen creador y debe de estar atormentado. "Además; debe de quemarse el alma, de vez en cuando".
Arrastra tres días de borrachera de leyenda negra, complementada con anfetaminas, desplazando todo tipo de alimento.
Pero los ruidos han cesado y el artista va a pasar a la acción. Él va a triunfar. Él va a crear la balada inédita que le hará famoso. Y su guitarra y sus canciones crecerán como la mala hierba entre el césped acústico para todos aquellos que lo han estado esquivando. Se van a enterar. ¡Ja!
Ahora, Ángel agarra la botella de Dyc y le besa el culo. Recuerda aquél creador con leyenda negra que se acordaba de los malos tratos recibidos en su niñez para componer canciones esquizofrénicas, y de aquél otro que utilizaba sus recuerdos infantiles para crear canciones de amor. Y recuerda aquel Conde de Montecristo que volvió de los infiernos en forma de ángel canoso para recrearse en su venganza. Y se acuerda de los albañiles. Chilla de alborozo al comprobar que ya no hay ruidos. Jején.
Y, por fin, se acuerda de su guitarra eléctrica y de su futuro.
Él entra en su especial nave espacial, aposenta su trasero en el taburete y sube el amplificador, todo muy a la mano. La letra debe tratar de algo tierno y esperanzador, a la par. Ya está bien de criticar la sociedad. Una canción tierna tiene que abrir la esperanza en primer lugar, y en segundo debe consternar. Pero no debe resultar blando el mensaje. Aparte de flores, también en el planeta hay contaminación. Es la mirada de cada uno la que enfoca el tema en cada momento. Desea que la letra y la melodía sean eternas y no tengan época. Como aquella Teoría del Bien y del Mal que la humanidad acarrea con y contra sí. Es eterna, no avanza ni retrocede. Estamos en el mismo sitio que Platón y Aristóteles. Hemos adelantado algo con respecto al demiurgo, pero la línea que divide el bien del mal sigue donde estaba. Incansable. Ángel ha descubierto el tema y se la va a jugar. Vaya, sí se la va a jugar. Un tema tipo balada que transmita consciencia del bien y del mal. Un tema donde las flores y las charcas de cloro se den la mano, para que acabe con un exquisito punteo de guitarra, a la vez que todos los instrumentos le dan paso a una expresión para que un niño blanco, cuando la escuche, bese a una niña negra. Jo. Infatigable.
Ya son las once de la noche y tiene que llevar la maqueta casera a primera hora de la mañana sin pérdida de tiempo. Él cree tener la idea, la motivación, y las agallas suficientes para enfrentarse a ello, a todos, y al tiempo. Debe lograrlo con éxito para que su ego vuelva a funcionar como es debido. Cree que está a tiempo de ser artista y creador. Tiene algo más de cuarenta años y ni se ha enterado de ello, entre tanta fiesta y acompañamientos musicales, saltando de grupo en grupo y de cama en cama. Y de bar en bar.
Carece de los medios tecnológicos adecuados para construir su superbalada. Pero si la maqueta gusta y el tema engancha, al fin dará la sorpresa. Prometió que la aprovecharía.
Ahora, todo lo hará en pos de ser un buen músico. Rodeándose de cuantas cosas le sean necesarias, y olvidando todas aquéllas que no lo sean. Se acabó el perder el tiempo. Si consigue esta canción, intuye de sobra que habrá abierto una exquisita puerta de creatividad que le conducirá al jardín de las notas musicales. Allí donde los poetas se enamoran de las ninfas musicales. Manos a la obra.
Las cuatro primeras notas salen airosas. La letra con sangre entra, y se ridiculiza él primero para engañar al subconsciente y que saque a relucir lo que el consciente le va reclamando. La borrachera le crece por momentos. Rememora una vieja canción con la que se enamoró de una joven pecosa. Piensa en lo hermoso que surge el flamenco cuando se fusiona con cualquier tipo de música con ritmo. Y de la paliza que le propinó su viejo al pillarlo con su primer porro. Jején. Y en su mente crece una certeza que nunca quiso reconocer. Ahora sí. Se le saltan dos lagrimones como dos fundas de violonchelo y se le cae el mundo encima, para después reírse irónicamente.
Todo formará parte de su particular leyenda negra. Y otro largo trago. Además, el último compás acústico irá acompañado de alguna frase esperanzadora: acércame esa ramita...
Así que duro al trabajo, noche y madrugada. Manos a la obra.
...RRRRUNNKKTTOK...PUUNNKKTTOK...PUUNNKKTTOK...RRRRUUUUUGGGGGRRRUUUGG...!UGGGGggggggggg!PUUNNKKTTOK... ...RRRRUUUUUUGGGGGRRRUUUGG...
¡NO! "¿¡Cómo es posible!?" El demonio remueve el caldero. Adiós a la ramita. Adiós al beso entre fango.... PUUNNKKTTOK...PUUNNKKTTOK...PUUNNKKTTOK...RUUUUUUGGGGGRRRUUUGG...PUUNNKKTTOK...RRRRUUUUUUGGGGGRRRUUUGGG...PUUNNKKTTOK...PUUNNKKTTOK…RRRRUUUUUUGGGGGRRRUUUGGPUUNNKKTTOK...RRRRUUUUUUGGGGGRRRUUUGG
¡Otra vez!
Son las doce de la noche en el justo momento que Ángel golpea su guitarra contra el suelo, enajenado por la falta de sustancia alimenticia.
Marcan las doce y cinco minutos cuando se acerca hasta la casa baja, para negociar con los albañiles, alocado y con la sangre alterada.
Las doce y diez, cuando una bruja oscura sale a volar, y le dice a Ángel al oído que insulte a los albañiles, y la escucha enajenado por la fatiga intelectual y esgrime un mástil estriado.
Las doce y cuarto, cuando la bruja malvada se marcha riéndose, dejando a Ángel postrado ante los dos albañiles, que están harto enfadados y harto borrachos. Consideran a Ángel un parásito de la sociedad. No como ellos, siempre trabajando tan duro.
Le replican los insultos al artista, bajo amenaza agresora sanguinolenta.
Las doce y media de la madrugada. Ahora, Ángel le pega una patada a un tabique recién enyesado y lo tira, y les lanza unos improperios, con saliva blanca espesa en sus labios.
Los albañiles se vuelven locos de pensar que ese malospelos no entiende de trabajo, si no comprendería que se dejan la vida currando a todas horas para que el sueldo sea digno, y que a veces ni les pagan.
Y la mano derecha del demonio, que también está borracho, actúa con celeridad y hace que Ángel le golpee en el pecho al albañil más cercano y que éste se caiga encima de unos materiales de derribo y se clave en la espalda un hierro de calamina. Entonces, el otro compañero, sintiéndose sin más consuelo, sacude en la cabeza del músico con una pala, y le apalea de nuevo con todas sus fuerzas.
El cuervo negro se retira con vuelo directo, y con cara de bruja.
Ángel cae al suelo con una brecha en la sien de doce centímetros, y la masa cerebral le abandona en lo terreno, desparramándose contra el suelo.
El albañil agredido se levanta enrabiado y remata a Ángel mediante una patada en la frente. Y la creatividad abandona el cuerpo del artista para que las ratas se den un festín.... PUUNNKKTTOK... RRRRUUUUUUGGGGGRRRUUUGGG...PUUNNKKTTOK..PUUNNKKTTOK...RRRRUUUUUUGGGGGRRRUUUGG...PUUNNKKTTOK...RRRRUUUUUUGGGGGRRRUUUGGggggg...
Ángel se marcha al otro mundo con un horrible estrépito en su cabeza.
2
Durante un tiempo se hablará de un roquero con cierta leyenda negra que se cayó por la ventana, cuando fue a darle de comer a un gato, ¿o fue para fumarse un porro? ¡No!, se suicidó en un ataque de ansiedad.

Unos jovencitos que comienzan a tocar, vecinos cercanos del suceso, dicen que se enfrentó a tres violadores y que arrebató a una muchacha de catorce años de sus garras.
Pero aquella viejecita que siempre defendió a los albañiles dijo que lo pillaron robando para poder pincharse una dosis de droga.
Y los albañiles pensarían, en la medida que el alcohol les dejó, que estaba loco. Que se les vino encima y que creían que iban a morir.
En la grabadora de Ángel se hallaron las primeras palabras de su balada de encargo, salpicada con lágrimas de sangre.
Un antiguo compañero de bolos las quiso poner como epitafio en su tumba. Y el epitafio bien podría comenzar así:
Soy una paloma de petróleo...