viernes, 7 de enero de 2011

TU HUMO, PARA TI

Comenzaremos por refrendar el artículo de Ignacio Escolar (columnista y director del diario El Público) sobre algunas falacias protabaco, que me está ahorrando a mí pensar el arranque sobre este mequitaslavida (http://mequitaslavida.blogspot.com) en mi sección Opinando que es Gerundio y que se lo agradezco a un maestro como es él, después añadiré yo algo de mi cosecha. Vamos allá:
Escribe él: “En orden de aparición en cualquier discusión, tertulia o columna de opinión sobre la Ley Antitabaco (Ley 42/2010, de 30 de diciembre, por la que modifica la Ley 28/2005, de 26 de diciembre). 1. El Estado no es quien para decidir de qué me quiero morir.
Pero sí lo es para proteger a los que no fuman y mueren por el tabaco ajeno. Cada año, entre 1.300 y 3.000 fumadores pasivos fallecen en España como consecuencia directa del humo del tabaco, según varios estudios médicos. Los más afectados son los trabajadores de la hostelería. 2. Es la ley más restrictiva de Europa. Es casi idéntica a la de Irlanda, Italia y Reino Unido, y muy similar a las que aprobaron otros países para cumplir con la política antitabaco de la UE. 3. Es una cortina de humo del PSOE para esconder la crisis económica. Pues fue negociada con el PP y aprobada por consenso, con el apoyo de la práctica totalidad del Congreso. 4. ¿Y por qué no se persigue el humo de los coches? Sí se persigue, hay controles sobre el nivel de emisiones en cada revisión de la ITV, y que un problema aún no esté resuelto no impide luchar contra otro. 5. Es una ley hipócrita porque el gobierno prohíbe el tabaco, pero cobra impuestos por él. El tabaco no está prohibido: se puede fumar en el 99% del país, al aire libre y en cualquier casa. También pagan impuestos los automóviles y no por eso se puede conducir por la acera atropellando a peatones. 6. Va contra la libertad, la convivencia no debería basarse en prohibiciones. Pues todo nuestro sistema legal se basa en ellas y tu libertad termina donde empieza la de los demás. Como ironiza un amigo, “¿te molesta que coma mientras fumas?”. 7. Los bares son un servicio público; el que no quiera fumar, que no entre. Los bares también son un centro de trabajo: el de los camareros. Y como dice Isaac Rosa, este argumento es reversible: “el que quiera fumar que se vaya fuera.”
En este punto demos las gracias a Ignacio por clarividenciarnos.
Yo estoy totalmente de acuerdo con todo lo expuesto. Soy fumador controlado desde hace treinta años y jamás he fumado al lado de alguien al que haya detectado la más mínima molestia, no así conmigo en el que no recuerdo jamás que me hayan pedido permiso por si me molestara. Puedo fumar diez o doce cigarros esta noche, con el ambiente adecuado, y no volver a probarlo en veinte días. Por eso, el argumento de la dependencia no termino de creérmelo, y sí que debe existir, pero conozco a fondo otras drogodependencias que dejan a la del tabaco como un pataleo de niño mal criado. Si el fumador expone que debido a un Estado criminalizado por la obsesión de cobrar impuestos y que haya permitido la venta de un producto tóxico al alcance de cualquiera y que además en una época era imprescindible en las relaciones sociales y que la ciudadanía no era informada ni consciente del veneno que, a poquito a poco, estaba inundado su organismo y que por todo ello los fumadores han sido víctimas, y desconsoladas por esta Ley, y ahora son tratados como ciudadanos apestados por el resto de la gente, pues hay una solución muy sencilla al respecto (y, ¡ojo!, si profundizamos sobre los apestados fumadores, porque aparte es que apestan de verdad, ya que el tabaco para el no fumador huele más que horrible), y digo que sería exigir la metadona tabaqueril gratuita. En ese detalle estoy seguro de que todos los habitantes les ayudaríamos con el mejor de los agrados.
Ahora bien, fumador empedernido, si aparte de estar enganchado a la nicotina y los cientos de productos que un cigarro contiene, estás más que enganchado a esa pose glamorosa y al aire de importancia que el hecho de encender un cigarrillo te proporciona delante de la gente, pues venga, empieza a fumar en tu casa delante del espejo y así puedes practicar la pose todas las veces que te dé la gana, sin envenenarnos a los demás.
Por supuesto que la Ley tiene fallos, algunos tan descarados como que no puedas fumarte un cigarro a 50 metros de un colegio y sí en la terraza de tu casa donde en la del piso de encima puede estar jugando algún colegial al que has tratado de esquivar hace unas horas y lo ahumas.
Otra cosita, si tienes dinero para comprarte uno o dos paquetes de tabaco diarios sin que repercuta en tus demás necesidades primarias quizá deberías plantearte si te merece la pena cabrearte con la Ley Antitabaco.
Por todo ello fumador, te deseo que tu humo, el que sale de tus pulmones, sea solamente para ti. Tómatelo como un favor.
SUERTE.