miércoles, 12 de marzo de 2014

11M + 10 años

11M, 2004 – MADRID - más de 190 muertos – más de 1500 HERIDOS
EL MAYOR ATENTADO TERRORISTA EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

Con 41 años cumplidos, vivía sólo con la compañía de mi gato Mizu. Por aquella época residía en Alcalá de Henares y todos los días laborables que podía me trasladaba hasta la estación de Coslada en un tren de cercanías (CIVIS) en el que no pagaba por ser ferroviario titular, para desde allí acceder hasta la estación de Vicálvaro-Clasificación (RENFE). El 11 de marzo de 2004 YO debía “pillar” un tren, a las 7.37AM que uniría Alcalá de Henares con Puerta-Atocha (MADRID) y que pararía en Torrejón de Ardoz, San Fernando de Henares, Coslada, Vicálvaro cercanías, Santa Eugenia, El Pozo, Entrevías y la mayor estación de cercanías de España: Atocha.
Dicho tren estalló en la estación de El Pozo aprox. a las 8 AM.
La Crónica es de Sonia Aparicio (elmundo.es), marzo de 2004:

Madrid, 11 de marzo de 2004, 7.37 horas. Una bomba explota en un cercanías en la estación de Atocha. Apenas un minuto después se producen otras dos explosiones en el mismo tren. El caos y el desconcierto invaden los andenes y escaleras mecánicas de la terminal. Son las 7.38 cuando explotan otras dos bombas en un convoy en la estación de El Pozo y otra en Santa Eugenia
A las 7.39, cuatro explosiones más destrozan otro tren a 500 metros de Atocha. 
En apenas tres minutos, 10 bombas reescriben la Historia: 
Madrid acaba de sufrir el mayor atentado terrorista perpetrado jamás en España.  
191 muertos y más de 1.500 heridos hacen imposible olvidarlo.

La capital y sus habitantes despiertan entre el caos, los gritos y sirenas que retransmiten las emisoras de radio y el horror de las primeras imágenes que dan las páginas de Internet y las cadenas de televisión. Quienes no estaban allí compartían el dolor y la tragedia de los cientos de estudiantes y trabajadores que ese día, en hora punta, como hacían casi a diario, habían tomado uno de esos cuatro trenes de enlace entre el Corredor del Henares y la capital.


Una ciudad en alerta
Madrid moviliza sus equipos de emergencia; se improvisan hospitales de campaña para atender a víctimas y heridos en plena calle; RENFE suspende el tráfico en todas las líneas con origen o destino a Madrid; también se cortan algunas líneas de Metro; se activa la operación 'jaula'… El centro y los accesos y salidas de la capital están durante horas colapsados.
Los hospitales ponen en marcha el Plan de Emergencia ante catástrofes, mientras la impotencia, la tristeza y la solidaridad emanan de las colas de ciudadanos que acuden masivamente a donar su sangre. El aire se hace irrespirable en el pabellón 6 de Ifema, adonde se van trasladando los cuerpos sin vida de las víctimas para ser identificados por sus familiares. Imposible digerir tanta tragedia.
Faltan sólo tres días de las elecciones generales, y todos los partidos cancelan sus agendas y dan por finalizada la campaña. Por primera vez desde el 23-F, el Rey se dirige a la nación. 
Lo hace para mostrar su solidaridad con las víctimas y pedir:
 "unidad, firmeza y serenidad" en la lucha contra el terrorismo. 
Manifestaciones multitudinarias contra el terrorismo se suceden por todos los rincones del país.

Polémica jornada de reflexión
Buscando culpables, todas las miradas se dirigen hacia ETA, mientras la banda lo desmiente. Y el Gobierno sigue defendiendo esa teoría cuando las primeras pistas obligan a girar el dedo acusador hacia el terrorismo islamista. La tarde del sábado 13 de marzo, jornada de reflexión electoral, tres ciudadanos marroquíes -entre ellos Jamal Zougam, considerado uno de los autores materiales de los atentados- y dos indios saltan a las portadas de los medios de comunicación. Son los primeros detenidos en relación con la masacre.

Esa misma noche, cientos de españoles se manifiestan en las principales ciudades del país. Acusan al Gobierno de manipulación y exigen transparencia. Apenas 12 horas después, los colegios electorales abren sus puertas. El 14 de marzo, España vota marcada por la tragedia. fin

No viajé en ese tren porque comenzaba mi periodo de vacaciones otoñales. El tren estaba predestinado, según posteriores declaraciones de los terroristas apresados, para que estallará en Puerta-Atocha junto al resto de los convoys maldecidos por la ira vengativa, con el fin de dañar el máximo posible de viajeros. Al no resultar en concordancia los tiempos de estacionamiento decidieron que explotara en la estación de El Pozo. Podría haber sido en otro punto kilométrico y también podría haber retrasado mis vacaciones para que coincidieran con la Semana Santa, como era mi idea en un principio, y la muerte, entonces, tendría muchas posibilidades de alcanzarme. Pero como mi conducta en el trabajo pasaba por uno de los momentos más tumultuosos de mi existencia llegué al acuerdo con mi jefe inmediato de que un periodo fuera del entorno laboral iba a ser muy beneficioso para ambos, sobre todo para mí. Y así fue.
Antes de ese fatídico día sucedieron unos hechos calamitosos. En especial que el Sr. Aznar nos metió al pueblo español, en contra de nuestra voluntad altamente manifestada, en la guerra de Irak aliándose con el presidente Busch americano. Que España era objetivo de los fundamentalistas islámicos debido a que piensan que Al-Andalus (yo nací en Andalucía en Granada) les pertenece históricamente, concepto falso y para mentes no demasiado inteligentes, era conocido por los servicios de espionaje. El Sr. Aznar aceleró el proceso del odio hacia España en un 1000%. 
Entonces perdió las elecciones y todo su status político.
            El día 12M, al día siguiente, me desalojaron del gimnasio enfrente de mi domicilio al que acudí de buena mañana para celebrar que alguna energía cósmica me estaba protegiendo últimamente, ya que podría haber sufrido un despido laboral o una muerte súbita, y quería recuperar un estado físico que perdía como si lo tirara por un desagüe. Resultó que la policía halló una furgoneta aparcada sospechosamente que tenía ocultos unos detonadores de bombas así como algún teléfono móvil para hacerlos funcionar. Recuerdo que pensé: “ayer no me cogieron pero estos hijos de puta me están acechando hoy”. A primeros de abril, al terminar de disfrutar mis vacaciones me reincorporé al curro y para mi sorpresa, debido a la enorme extensión de Vicálvaro-Clasificación, me encontré con los trenes dañados, por orden judicial, con la entrada prohibida a su alrededor y con la orden de no acompañar a ningún curioso hasta ellos. Estuve viendo los trenes, al trabajar, durante muchas semanas, no recuerdo ya cuántas. 
Como se entiende mi relación con los atentados del 11M fue bastante estrecha.
            A los dos meses decidí vender mi vivienda, aprovechando la Burbuja Inmobiliaria y el excelente precio que me hicieron y marcharme de Madrid en busca de la playa. Cuando me acordaba de los atentados la verdad es que lo que más me apetecía del mundo era acudir a los ahorros y castigarlos bizarramente.
Más adelante al gobierno socialista de Zapatero le estalló la Burbuja Inmobiliaria, en el 2008, y se advino la Crisis Financiera con un desastre económico y social sin precedentes. Probablemente de no ser por aquellos días tan convulsos yo ahora sería propietario de un piso invendible (era un 3º sin ascensor) y anclado.
Y sin un puto euro, casi seguro.
Pero eso ya es otra historia. SUERTE.